


"ni acepté que los hombres fueran dioses
ni me hice desear como escribiente
ni la pobreza me pareció atroz
ni el poder una cosa deseable
ni me lavé ni me ensucié las manos
ni fueron vírgenes mis mejores amigas
ni tuve como amigo a un fariseo
ni a pesar de la cólera
quise desbaratar a mi enemigo.
Pero escribí y me muero por mi cuenta,
porque escribí porque escribí estoy vivo".
Enrique Lihn
4 comentarios:
Que se puede decir.... Lihn no más,
que buena factura. Una buena reflexión entre tantos ciegos (me incluyo)
Un abrazo
En el reino de los ciegos, el tuerto es rey.
Necesito sacarme a veces las anteojeras o que me caigan las cataratas. ¿Algo de saliva y barro tienes para mejorar la vista? Supe que en Israel a uno le sirvió.
Beijos, amiga.
atte:
Paz
Para artedesantiago: entre tantos ciegos... podríamos hacer una fiesta!!!.
Para Santiago Paz: saliva y barro hay... pero parece que no escuchaste la parte que dice, que el milagro sólo ocurrió cuando de verdad el ciego QUISO ver... estás listo?... besos amigo...
amo ese poema...
Mepara los pelos...
Publicar un comentario